Buenos días,
Lectoras y lectores del Blog.
En el día de hoy, miércoles 1 de febrero de 2012, les escribo unas Notas pensadas y escritas en el mes de octubre de 1925, por el escultor Luís Causarás Tarazona, (Valencia, 1902 - Madrid, 1985), sobre su personal orientación artística y fuente de inspiración y estudio en el Arte de la Escultura.
Escuela de Artes y Oficios Artísticos y Bellas Artes
Patronato Fundación R. Amigó Cuyás
Reial Circòl Artístic
Reial Academia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi
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Estatua "La Pau" - "La Paz"
Barcelona, 1 de Abril de 1931, triunfo del escultor Luís Causarás Tarazona en las Bellas Artes.
Barcelona, 14 de Abril de 1931, proclamación de la República catalana.
Madrid, 14 de Abril de 1931, proclamación de la Segunda República española.
Barcelona, 17 de Abril de 1931, rehabilitación de la Generalitat de Catalunya,
y del Presidente Francesc Macià.
Londres, 12 de Junio de 1933, el escultor Luis Causarás Tarazona, es nombrado Comisionado de Bellas Artes del gobierno de la Segunda República española, en la "Conferencia Económica Internacional de Londres de 1933", organizada por la Sociedad de Naciones, que ante la grave depresión económica, intentó en vano fomentar la cooperación y los acuerdos económicos entre los 66 estados miembros.
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Siempre hay que considerar primero, para la orientación o depuración de los sentidos, la educación estética, la Ética y el buen gusto, entre otros, son una base firme e ineludible para avanzar, con probabilidades de algún éxito, en el estudio de las Bellas Artes.
Y con ello, amalgamado, formando un todo, se nos interpone el medio de vida, ambiente de que nos rodeamos, nuestra época, que por si ya es un factor muy importante quizá el mayor entre otros.
El aspirante a artista, el estudiante, se ve precisado, en la época que vivimos, a hacer un gran esfuerzo mental y de voluntad para ver y sentir el Arte en si mismo, lo que consideramos como Arte. Una gran ciudad moderna no es precisamente para el que estudia las Bellas Artes el medio mejor para desarrollar su inteligencia artística, porque, cuan poco hay que nos hable de Arte en una gran ciudad, con sus máquinas, indumentaria, diversiones, vicios y en una palabra todo lo que a modernidad trasciende!. Véase si el esfuerzo a de ser grande para sojuzgar todas estas cosas que no hacen al artista y que si en cambio le hacen perder lo dicho anteriormente, si es que llegó a poseerlo. Obsérvese el abismo que nos separa, por ejemplo, de los artistas del Renacimiento. Actualmente todo lo que se adelanta en estudios, por que los medios para ello son mucho más completos, se pierde en sensibilidad artística.
Ante todo he de hacer constar que soy un enamorado de la sublime serenidad, de la eterna belleza de las obras griegas, y también de la sobrehumana plétora de vida de las obras de Miguel Ángel.
Estatua "David" de Miguel Ángel
Las mejores obras de los mejores maestros -siempre que la Verdad del cuerpo humano sea su lema, con cualquiera interpretación personal- son fuente inagotable de estudio; pero para mi manera de ver, y por lo que en reproducciones, historia y enseñanzas de la Escuela más impresión siempre me produjeron, más honda emoción me causaron, las obras griegas y de Miguel Ángel son superiores a las otras, son las obras maestras por excelencia. Y el que puede parangonarse con ellos y debe para mi concepto citarse también es Donatello.
Estatua "David" de Donatello.
Este es el tríptico que marca por si solo una orientación en el estudio de la escultura y el natural.
Los griegos tuvieron sus Dioses Inmortales, pero ellos como Dioses de la Belleza pura y sin eufemismos, también són.
Ante una obra Griega se siente una infinita idea de lo verdaderamente Bello, y al contemplarlas el alma queda inundada del más puro placer estético.
Ante una estatua de Miguel Ángel se comprende el genero humano dignificado en lo sublime, el superhombre que Nietzsche tanto ansió, la vida en toda su intensidad vital.
1882.- Friedrich Nietzsche
(Vease en la Wikipedia la biografía de F. Nietzsche en http://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Nietzsche ).
En mis obras ante todo siempre busco que posean, que produzcan un sentimiento de Belleza, y de la Belleza la Ideal sobre la Naturalista.
Por eso dije que las obras griegas me causan admiración por la estupenda Belleza pura e ideal que poseen, que es como yo admiro el Arte; que sea algo no Terreno. Porque si buscamos naturalismo o realismo en nuestras obras ? que más realismo que la misma vida ?
Por eso los Dioses griegos son sublimes en su representación escultórica, son superiores a los mortales.
En cambio el realismo llevado al extremo de nuestros escultores del siglo XVII, por ejemplo, solo pudo ser hecho con miras a las muchedumbres.
Y por eso sus obras, patéticas, a pesar de su ejecución admirable no me pueden causar admiración como un marmol griego, terso, suave, admirable de modelado, elevando hasta lo sublime la Belleza Estética y plástica del cuerpo humano.
Pues yo creo que el Arte es algo que la Naturaleza por sí no dá si nó que los hombres, sus hijos, con el raciocinio y la diferenciación de todo lo terrenal crean y producen como si el Creador les hubiera concedido algo de su sobrenatural poder creativo, y ellos, como tocados de la mano de Dios, plasmas para la inmortalidad.
Dice Schopenhauer en uno de sus libros: sabemos que los instantes en que la contemplación de las obras de Arte nos hace libres de los ávidos deseos, cual si sobrenadásemos por encima de la pesada atmósfera de la tierra, son al mismo tiempo los más felices que conocemos.
La vida nunca es bella. Solo son bellos los cuadros de la vida cuando los alumbra y refleja el espejo de la poesía.
Así dice Schopenhauer.
Así, pues, la obra de Arte no ha de ser la mera copia de lo real sinó que el artista, como tal, a de crear también en su obra lo abstracto y que nos hable al alma, lo que nos produzca esa elevación de espíritu, esa dulce paz, el aislamiento mental de lo que nos rodea.
Cada individuo ve y siente las cosas de forma diferente a como ven y sienten sus semejantes; entonces he aquí la personalidad.
Luego, el Arte, cada cual lo interpreta conforme el ve y siente y decimos originalidad.
Ahora bien. El Arte no admite, no puede admitir más que la verdad. Y la verdad puede ser original y personalmente interpretada. La verdad reside en el cuerpo humano, la idealidad está en el centro del hombre. La verdad está en lo que nos dá la Naturaleza pero el idealismo, el Arte, están en la inteligencia del Artista.
Así, yo creo, que el Arte puro sin aplicaciones materialistas, a de ser ideal, supraterreno, dignificando la vida, elevando el ser humano sobre las miserias que en la tierra radican.
En síntesis esto es lo que yo opino del Arte y de la Escultura.
Belleza pura e idealista, esto es copia del Natural pero despues de tamizarlo a través del cerebro, no tal como nos lo dá la Naturaleza.
L. Causarás
Octubre, 1925
En mis obras ante todo siempre busco que posean, que produzcan un sentimiento de Belleza, y de la Belleza la Ideal sobre la Naturalista.
Por eso dije que las obras griegas me causan admiración por la estupenda Belleza pura e ideal que poseen, que es como yo admiro el Arte; que sea algo no Terreno. Porque si buscamos naturalismo o realismo en nuestras obras ? que más realismo que la misma vida ?
Por eso los Dioses griegos son sublimes en su representación escultórica, son superiores a los mortales.
En cambio el realismo llevado al extremo de nuestros escultores del siglo XVII, por ejemplo, solo pudo ser hecho con miras a las muchedumbres.
Y por eso sus obras, patéticas, a pesar de su ejecución admirable no me pueden causar admiración como un marmol griego, terso, suave, admirable de modelado, elevando hasta lo sublime la Belleza Estética y plástica del cuerpo humano.
Pues yo creo que el Arte es algo que la Naturaleza por sí no dá si nó que los hombres, sus hijos, con el raciocinio y la diferenciación de todo lo terrenal crean y producen como si el Creador les hubiera concedido algo de su sobrenatural poder creativo, y ellos, como tocados de la mano de Dios, plasmas para la inmortalidad.
Dice Schopenhauer en uno de sus libros: sabemos que los instantes en que la contemplación de las obras de Arte nos hace libres de los ávidos deseos, cual si sobrenadásemos por encima de la pesada atmósfera de la tierra, son al mismo tiempo los más felices que conocemos.
La vida nunca es bella. Solo son bellos los cuadros de la vida cuando los alumbra y refleja el espejo de la poesía.
Así dice Schopenhauer.
Así, pues, la obra de Arte no ha de ser la mera copia de lo real sinó que el artista, como tal, a de crear también en su obra lo abstracto y que nos hable al alma, lo que nos produzca esa elevación de espíritu, esa dulce paz, el aislamiento mental de lo que nos rodea.
Cada individuo ve y siente las cosas de forma diferente a como ven y sienten sus semejantes; entonces he aquí la personalidad.
Luego, el Arte, cada cual lo interpreta conforme el ve y siente y decimos originalidad.
Ahora bien. El Arte no admite, no puede admitir más que la verdad. Y la verdad puede ser original y personalmente interpretada. La verdad reside en el cuerpo humano, la idealidad está en el centro del hombre. La verdad está en lo que nos dá la Naturaleza pero el idealismo, el Arte, están en la inteligencia del Artista.
Así, yo creo, que el Arte puro sin aplicaciones materialistas, a de ser ideal, supraterreno, dignificando la vida, elevando el ser humano sobre las miserias que en la tierra radican.
En síntesis esto es lo que yo opino del Arte y de la Escultura.
Belleza pura e idealista, esto es copia del Natural pero despues de tamizarlo a través del cerebro, no tal como nos lo dá la Naturaleza.
L. Causarás
Octubre, 1925
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